FABRICACIÓN GLADIUS HISPANIENSIS
Autor del Artículo: Asociación Cena Pagana – Artículo de nuestro archivo en Portal Historia
Vamos a detallar los pasos a seguir para la fabricación de una Gladius Hispaniensis de acero, un arma que hasta la llegada de la pólvora ha sido la que más vidas humanas se llevó consigo en toda la historia conocida.
Materiales necesarios:
Plancha de acero.
Discos para cortar y pulir metal.
Sierra de calar.
Lija para madera
Torno con taladro.
Pomo de madera y un cilindro de madera.
Hueso o madera.
Poliéster.
Barniz y betún de Judea.
Con un disco para cortar metal cortamos la forma dibujada de la Gladius sobre la plancha de acero.
Una vez cortada, rebajamos metal con un disco reductor desde el centro hasta los extremos, otorgándole doble filo.
Cogemos el pomo de madera y lo tallamos para darle la forma deseada. Esto formará parte del pomo propiamente dicho de la Gladius.
Cogemos el cilindro de madera de unos 10 cms de diámetro y lo tallamos y lijamos para más tarde cortarlo en tres partes y aprovechar la del centro. Esto será la guarda de la espada, la parte que marcará el inicio de la hoja.
Nosotros hemos optado por fabricar el mango de hueso de cerdo pero también se puede fabricar de madera. Vaciamos el hueso sacándole todo el tuétano.
Tenemos las piezas por separado: hoja de acero, guarda de madera, hueso hueco para el mango y un pomo de madera para el final de la Gladius. Solo nos queda encajarlas en la parte inferior de la hoja (forma de lanza) y rellenar con poliéster o pegamento para metales. Para más sujeción podemos hacer unas ranuras en la punta de la parte inferior de la hoja y en el pomo para enroscar éste a la espada.
Siguiendo el modelo de Gladius Hispaniensis reducimos de nuevo con el disco para metales los laterales de la hoja desde el final de la punta hasta la guarda de tal manera que la hoja dejará de tener forma rectilínea para conseguir una forma ligeramente curva hacia dentro.
Limamos la hoja para conseguir un mejor acabado y darle un aspecto más homogéneo.
Para acabar barnizamos la madera para protegerla y envejecemos con betún de Judea.